Estamos viviendo una era donde todo lo que se vende como bienestar para el pueblo es una farsa monumental.
AMLO nos habla de limpiar la corrupción, mientras su ataque a la Suprema Corte sigue avanzando, un paso más hacia el poder absoluto.
Y aquí es donde entra en escena Ricardo Monreal, quien antes defendía la justicia, pero hoy es el principal vasallo de la 4T. Lo que era una cruzada por el estado de derecho se ha convertido en un ataque constante a los magistrados.
Monreal, ahora marioneta del régimen, clama defender la ley mientras la usa como papel reciclado.
Mientras tanto, la impunidad florece, y la corrupción se exhibe con orgullo, como un desfile de modas patrocinado por la 4T.
En Quintana Roo, la reforma para extender el mandato del fiscal es otro ejemplo del control político, con figuras como Raciel López Salazar recibiendo su premio por mantener el sistema intacto.
Y aunque AMLO presume estar en una cruzada por el bien del país, sus seguidores fieles no parecen notar que todo se trata de consolidar su poder.
Los jueces, como Rosa Celia Pérez, protegida del sistema, y los casos de violadores liberados en Cozumel, solidaridad y El juez José Gabriel Ramírez Montaño, de Oaxaca, muestran que la justicia solo sirve a quienes están dentro del círculo.
Los organismos internacionales han advertido que el despojo de tierras y propiedades, sobre todo en países de México, ha alcanzado niveles históricos.
Pero aquí en casa, las denuncias de despojo van de la mano con el aumento de homicidios. Todo gracias a un sistema judicial que parece diseñado para proteger a los poderosos y dejar en el olvido a los más vulnerables.
El país, perfecto para los vasallos del poder, es una pesadilla para quienes buscan justicia. Al final, la "limpia" que tanto promete AMLO no es más que un reciclaje de las viejas prácticas del PRI, disfrazadas bajo el Santo Manto de la Cuarta Transformación.
Y mientras el pueblo sigue soñando con el México ideal, los verdaderos juegos de poder se juegan en las sombras, trazando el camino hacia una nueva era de sumisión.
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