El presidente estadounidense, Joe Biden, Logro una cumbre largamente esperada con su homólogo chino, Xi Jinping, pero la estabilidad podría ser de corta duración ante un 2024 potencialmente tumultuoso, con elecciones en Taiwán y Estados Unidos.
Xi, que ha promovido durante años una China más poderosa para desafiar la primacía estadounidense, visitó Estados Unidos por primera vez en más de seis años, mientras la economía de esta potencia asiática enfrenta fuertes vientos en contra.
Al reunirse con Biden en una glamurosa finca en las afueras de San Francisco, en el marco de la cumbre de líderes del Asia Pacífico (APEC), Xi acordó restablecer las comunicaciones militares con Washington y tomar medidas contra los componentes químicos que su país produce para elaborar fentanilo, el analgésico detrás de una epidemia de adicción en Estados Unidos.
Para Xi, los resultados son menos tangibles, ya que la administración Biden no da marcha atrás en las sanciones a las exportaciones de alta tecnología que han enfurecido a China.
Aunque el Departamento de Comercio dijo el jueves que, en respuesta a la acción de China sobre el fentanilo, levantaba las sanciones al Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública, que estuvo en la lista de entidades sancionadas en 2020 por supuesta vigilancia masiva de minorías étnicas.
En concreto, según explicó a la prensa un alto funcionario estadounidense, Biden pidió a Xi que diera las felicitaciones a su esposa y él respondió diciendo que estaba “avergonzado” porque había estado trabajando tanto que se le había olvidado que era su cumpleaños la siguiente semana.
Pero a pesar de todos los esfuerzos para mostrar acercamiento, el encuentro no se cerró tan bien: Al irse, Biden acabó diciendo a los periodistas que sigue pensando que Xi es un “dictador”, un calificativo que ya los alejó la primera vez que lo usó en junio de este año.
China quiere tener la oportunidad de centrarse en sus desafíos internos, por lo que tener cierta estabilidad con Estados Unidos
La visita de Xi se produce cuando China se ha visto sorprendida por un descenso en la confianza de los inversores extranjeros, con la economía frenada por un consumo débil y una crisis del sector inmobiliario, a pesar del fin de las restricciones de la pandemia.
Xi Jinping, menciono en reunión estabilizar la tumultuosa relación bilateral y en la que llegaron a acuerdos para combatir el tráfico de fentanilo y reabrir los canales de comunicación militar.
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