#Eleccion2024 @Elisur Arteaga Nava
AMLO, al final de su sexenio, está decepcionado; también se muestra preocupado. Su lenguaje corporal así lo indica. Éste no miente. La decepción tiene que ver con sus supuestos aliados: Dante Delgado y el tal Jorge Álvarez Máynez. Su asociación con ellos, que linda los terrenos de la ilegalidad, no está funcionando, o cuando menos, no como él lo esperaba.
Foto: Miguel Dimayuga.
Claudia Sheinbaum, su delfina, a la decepción suma la preocupación: en el primer debate no lo defendió en la medida en que él lo esperaba. Se limitó a quitarse los golpes, a defenderse; y, dadas las circunstancias, en el poco tiempo con que contó, tiró algunos golpes.
No se atrevió a defender a AMLO y, mucho menos, hablando en plata, a ser su cómplice. Ella, como era de esperarse, salió con su domingo siete: habló de sus logros; no sacó la cara por ése a quien ahora ve como su exjefe; no dejó el pellejo en su defensa; tampoco salvaguardó, en la medida de lo esperado o de lo que él deseaba, la mal llamada Cuarta Transformación.
A AMLO no le faltan razones para estar preocupado y, en cambio, le sobran para estar decepcionado de unos y otra. No creo que esté decepcionado de la vida, pero sí de algunos en los que confió.
Obvio, por haber pasado sus mejores tiempos, AMLO, en el debate, no fue el actor principal. No tenía por qué serlo. El elenco y el texto de la obra han cambiado; todos, menos él, están enterados y de acuerdo con ello.
Se observa que AMLO estuvo al pendiente del desarrollo del debate; tal vez lo hizo con el fin de ver si Claudia y Álvarez Máynez, su delfina y comparsa, respectivamente, reconocían su legado histórico y lo defendían. Oh decepción: no hubo tal. Aquélla, como lo he dicho, se dedicó a quitarse los golpes y a mal atacar; y éste a mostrar los dientes y a fingir participar en el debate. También Xóchitl lo defraudó: no lo atacó como él esperaba y, a juicio de muchos, como se lo merecía.
Todo esto lastimó el ego de AMLO; quedó más que decepcionado de los dos. No hicieron lo que él esperaba. A Dante Delgado, patrón y mentor de Álvarez Máynez, a estas alturas, ya le ha de haber puesto una de perro bailarín; Delgado, por su parte, otra de igual calibre a su pupilo y ahijado. AMLO hará lo propio con Claudia, a quien hasta el domingo 7 consideraba su incondicional.
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