“El Congreso en pausa: ¿estrategia o rutina política?”
- Javier García
- 1 sept
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La Cámara de Diputados vuelve a demostrar que la política mexicana tiene un talento especial: convertir lo rutinario en un espectáculo tragicómico digno de carpa.
El relevo en la Mesa Directiva, que por acuerdo debería pasar al PAN, terminó en “stand by”. ¿La razón? Un consenso que nunca llegó… pero que curiosamente favorece al oficialismo.
“Porque claro, ¿para qué debatir los problemas estructurales del país como la inseguridad, economía, crisis de desaparecidos y ni hablar de esos médicos cubanos que quizá traen más secretos que recetas, porque no cabe duda que es más útil entretenernos con un juego de sillas musicales en el Congreso?
Morena mantiene el control, la oposición se enoja, y el ciudadano se pregunta: ¿esto fortalece la democracia o solo es otro capítulo del manual del poder?”
El aplazamiento no es inocente: es un blindaje. El oficialismo evita el debate incómodo y conserva la narrativa a su favor.
Y lo más irónico: la misma oposición que presume defender la pluralidad ahora parece atrapada en un juego desgastado más de lo que la fortalece.
En resumen, el Congreso nos da otra lección: en México, los acuerdos se cumplen… hasta que dejan de convenir.
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