Elección de jueces: El plan del gobierno para tomar el Poder Judicial
- Javier García
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura

Mientras el gobierno presume una transformación democrática con la elección de jueces y magistrados, lo que realmente está en juego no es la justicia, sino su captura.
Esta elección judicial, anunciada como un acto de empoderamiento ciudadano, es en realidad una estrategia calculada para consolidar el control del Estado sobre la única institución que aún ofrece actualmente un pequeño contrapeso: el Poder Judicial.
¿Quién evalúa a los aspirantes? ¿Qué mecanismos garantizan que detrás de un currículum académico no se esconda la obediencia política o la conveniencia partidista? No basta con saber dónde estudiaron o si han publicado libros. La justicia no se mide en diplomas, sino en integridad, trayectoria, independencia y carácter para resistir presiones del poder.
Hoy, operadores políticos del gobierno entregan a la ciudadanía una lista de nombres, sin escrutinio serio, y con campañas orquestadas desde oficinas partidistas. Que hacen circular en diferentes grupos los “acordeones” para ayudar a que el voto vaya… a quienes conviene. No a los mejores. No a los justos.
¿Cómo puede el pueblo elegir a jueces si ni siquiera ha podido elegir presidentes, diputados o senadores que verdaderamente lo representen?
Años de corrupción electoral, de clientelismo y simulación han construido una ciudadanía sin herramientas, sin incentivos y mucho menos sin el interés de aportar a la política.
Y lo peor: sin participación auténtica de los ciudadanos, debido a que más del 80% del país no tiene el interés de salir a votar en esta elección judicial, entonces no estamos ante una democracia, sino ante una coreografía montada para legitimar lo que ya está decidido.
Una mayoría silente entregará el futuro judicial a una minoría manipulada o fanatizada. Y esa es la receta perfecta para un país sin justicia.
La paradoja es brutal. Y estamos a un paso del despeñadero.
¿Qué podemos esperar entonces de jueces elegidos bajo la misma lógica del aplauso, y la obediencia?
Elegir justicia no es votar. Es entender lo que está en juego. Y en México no se está eligiendo: está siguiendo un guion escrito desde el poder.
La justicia no puede ser una moneda electoral. Tampoco un espectáculo más para alimentar la polarización que existe en el país.
Pero quizá, como tantas veces en nuestra historia, el pueblo de México esté siendo testigo y sin darse cuenta está cediendo a una simulación que amenaza el futuro del poder judicial.
Hoy mas que nunca la resiliencia debe ser el arma que acompañe nuestra capacidad no te pierdas Resiliencia Política. un espacio para el análisis y la reflexión.
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