Migración México-EE.UU.: El verdadero muro está en casa, no en la frontera
- Javier García
- 16 jun
- 3 Min. de lectura

La relación entre México y Estados Unidos ha entrado nuevamente en una etapa tensa, marcada por roces discursivos, movilizaciones y decisiones que afectan directamente a millones de familias.
Lo ocurrido en los últimos días. En el desfile militar en Washington las declaraciones de Claudia Sheinbaum y hasta los memes en redes por las declaraciones, revela que el conflicto no es solo migratorio o económico: es una guerra narrativa por el control del discurso público.
Durante el 250 aniversario del Ejército estadounidense, coincidente con el cumpleaños del presidente Donald Trump, se realizaron manifestaciones en diferentes ciudades en EE.UU. Miles de migrantes salieron a protestar contra redadas, discursos de odio y propuestas legislativas que pretenden no solo elevar los impuestos a las remesas si no que también hay cambios en la ley de la estancia y la super vivencia en el país del sueño americano.
En ese contexto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que de ser necesario se convocaría a una movilización pacífica en defensa de los migrantes y contra los impuestos a las remesas. Aseguró que sin los mexicanos, Estados Unidos no tendría la economía que presume.
A estas declaraciones se sumó Gerardo Fernández Noroña, quien en tono burlón se refirió al senador estadounidense Eric Schmitt, uno de los promotores de un impuesto del 15% a las remesas.
El senador republicano respondió en redes que "acaba de subir 5%", alimentando la tensión diplomática.
Pero más allá de los memes y las confrontaciones en (X), hay un problema estructural que México no puede seguir ignorando: el origen de la migración es doméstico. No es por gusto que millones de mexicanos arriesgan su vida cruzando la frontera o enviando remesas desde condiciones precarias.
Esto tiene un principio y ese principio es el hecho que el Estado mexicano ha fallado en proporcionar garantías mínimas de bienestar: empleo digno, salud pública, seguridad y acceso a oportunidades.
¿Quién debería alzar la voz en defensa de los migrantes? ¿Un gobierno que promueve narrativas sin modificar estructuras de las políticas publicas?
Sheinbaum tiene razón en denunciar la injusticia del impuesto a las remesas, pero también debería reconocer que la responsabilidad primaria es de México.
Un gobierno que expulsa más de 500 mil personas al año por falta de opciones no puede solo victimizarse ante decisiones fiscales extranjeras.
En lugar de usar la narrativa de "nos necesitan", debería plantearse la de "nosotros debemos garantizar que nadie tenga que migrar para vivir con dignidad".
Estados Unidos toma decisiones que afectan a los migrantes porque puede, Porque debe y esta en su derecho.
Tiene legisladores con agendas claras, aunque cuestionables. Pero México también debería tener legisladores que construyan alternativas de arraigo, en lugar de solo defenderse con declaraciones encendidas o sarcasmos virales.
La verdadera soberanía no se mide por cómo se responde a los agravios, sino por cómo se evita que tus ciudadanos tengan que depender de otros gobiernos.
El conflicto actual debe verse como una oportunidad: para reformar la política migratoria, mejorar las condiciones estructurales del país y dejar de pensar que un buen discurso sustituye a una buena política.
Porque mientras el gobierno mexicano presume soberanía, millones de connacionales siguen teniendo que cruzar un muro invisible: el de la omisión gubernamental que se arrastra por décadas y este gobierno aun sigue sin resolver.
Resiliencia Política un Podcats que no grita, reflexiona. Aquí no se trata de izquierda ni de derecha, se trata de recuperar el centro de la conciencia, de la dignidad, del futuro que merecemos.











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