México venció a los aranceles… pero la inflación venció a la quincena
- Javier García
- 21 ago
- 2 Min. de lectura

En México, los números siempre suenan bien en los informes oficiales: inversión extranjera que supera los 24 mil millones de dólares, economía que “resiste” los aranceles de Estados Unidos y pobreza que, según los indicadores, ha disminuido. Todo un cuadro de éxito… sobre el papel.
Pero para las familias en cualquier ciudad del país, la historia tiene otro final. Cada quincena que llega a su bolsillo parece encoger mágicamente: la inflación se ha encargado de comerse el salario antes de que pueda llegar a la mesa.
Los 24 mil millones de dólares de inversión extranjera no le sirven de mucho cuando los impuestos en el país aumentan, y la canasta básica cuesta más que la quincena entera.
La realidad cotidiana es clara, desempleo, inseguridad, corrupción y pobreza siguen siendo problemas estructurales. Para millones de mexicanos, los informes oficiales son tan útiles como un salvavidas en el desierto.
El gobierno celebra la fortaleza económica y la inversión extranjera como si eso automáticamente resolviera la falta de empleos, la violencia en las calles o la desconfianza en las instituciones.
La narrativa oficial construye un país que “resiste y prospera”, mientras las familias en Mexíco solo ve cómo su dinero no alcanza y se pregunta: “¿Prosperamos para quién?”
Este desfase entre discurso y experiencia tiene consecuencias políticas: fomenta apatía, alimenta polarización y convierte la política en una lucha por la narrativa, donde las palabras pesan tanto como los números.
La legitimidad de cualquier gobierno no debería medirse solo en cifras macroeconómicas, sino en cómo estas se traducen en seguridad, oportunidades y bienestar real para la gente.
Si el crecimiento económico solo queda en los libros de estadística, mientras la población enfrenta los problemas que realmente importan, ¿de qué sirve tanto orgullo en los comunicados oficiales?
La política, al final, no se mide por lo que se reporta, sino por la capacidad de transformar la vida diaria de los ciudadanos… y que su quincena alcance hasta fin de mes.
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