“Iztapalapa: la explosión que evidenció que en México los baches también son políticos”
- Javier García
- 12 sept
- 2 Min. de lectura

En México, los boletines oficiales ya tienen su género propio: drama institucional con final feliz en la página impresa.
El último episodio lo protagonizan algunos partidos políticos, uno de ellos el PTCDMX, repitiendo lo que todos esperábamos: solidaridad con las víctimas, exigencia de justicia, revisión de pólizas y sanción a la empresa. Todo correcto… sobre el papel.
Pero si abrimos la cámara y miramos el set completo, aparece un detalle olvidado por el guion oficial: los baches.
Sí, esos villanos silenciosos de la infraestructura urbana que, según ciudadanos y expertos, podrían haber convertido un accidente rutinario en tragedia.
El parte oficial señala que “el personal halló marcas de impacto en los muros de contención, lo que sugiere que el operador perdió el control al tomar la curva a velocidad inadecuada”, Nada que objetar… salvo un pequeño detalle:
la Secretaría de Obras borró publicaciones previas sobre el mantenimiento asfáltico en la misma zona de la explosión. ¿Casualidad o libreto corregido a última hora?

Solo que la narrativa oficial se centra en la empresa y en los protocolos de transporte, mientras la prevención real —la que depende de carreteras y calles dignas— queda fuera del encuadre.
Se habla de “investigación exhaustiva y transparente”, pero el guion olvida un actor crucial: la responsabilidad gubernamental por el abandono estructural.
En esta película, la seguridad vial y el mantenimiento no vende protagonismo politico.
En pocas palabras, mientras los comunicados cumplen con la forma de solidaridad y llamados genéricos a la justicia, la sustancia se queda corta.
La negligencia administrativa no aparece en los créditos, y la narrativa oficial que minimizó problemas previos sigue sin cuestionarse.
En Conclusión: Hay que recordar que hace unos días la propia presidenta afirmó que el mayor problema del país eran “los baches” y no la inseguridad. Hoy, la tragedia de Iztapalapa le responde con brutal ironía: los baches también matan.
La pregunta es si México seguirá tropezando —literal y políticamente— con el mismo bache. Mientras la prevención siga siendo un discurso vacío, el país seguirá atrapado en su propia tragicomedia urbana.
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